El 16 de Julio de 1950, el Estadio Maracaná de Río de Janeiro pasó de la euforia al silencio y el llanto. Uruguay venció a Brasil 2 a 1 en el partido final y se consagró campeón del mundo, ante la mirada atónita de más de 170.000 brasileños que no podían creer lo que pasaba.
Nunca más Brasil vistió la camiseta blanca que usaba hasta entonces.
A partir de ese día nació la verde-amarela que hoy es el símbolo del fútbol brasileño.
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